El destino de mis sentimientos, si es que existe fin para lo intangible, se escribe en mis dedos. Yo ordeno el nacimiento con la misma convicción con que decido su muerte. Los presto una edad y un paraíso hasta que diosa cruel los destierro al olvido. A ratos, benevolente, los alargo la existencia, aún cuando desdeñosos arriesgan el equilibrio de mi verdad.
Criaturas a mi voluntad, marionetas agarradas a los hilos de mi egoísmo. No hay más, nadie más puede moverlas, autoridad solitaria la que ejerzo. Mas les tocó razón débil. Temerosa de perder el control decidió dejar su reino, escapó abandonándolos a merced de su sombra. Esta decretó anarquía y vació mis dedos de seguridades.
Razón cobarde.
Revolución de sentimientos que inconscientes perdieron su destino.
3 comentarios:
¡Encantado de descubrir tu blog!
Teníamos toda una literata y no me había enterado.
Un beso
PD: ¿te importa si te añado a mi lista de enlaces?
Anda!! si no había visto el comentario... tengo que toquetear por las tripas del blog para que esto me avise cuando alguien comenta.
Claro que no me importa, es un halago.
Un beso y muchas gracias por tus palabras.
Oye deberias escribir un libro! yo seria la primera en comprar uno... grax por tus palabras!
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